Los #tapabocasconhistoria y nuestro coqueteo con la circularidad ♻️.
En Paraguay en época de pandemia, se volvió una práctica común que las empresas hagan mascarillas customizadas con su imagen institucional, y hace un par de meses nos llamaron las chicas del PNUD Paraguay a decir que querían hacer tapabocas para su equipo, pero fueron claras al aclararnos que para ellas lo más importante era lograr un impacto positivo.
Cuando recién comenzaba la pandemia, lo más común, y la primera opción disponible era comprar tapabocas desechables, ya que te aconsejaban tirarlo después del primer uso por salubridad, por otro lado, si querías comprar tapabocas hechos localmente, la materia prima por default que se utilizaba era el TNT, un derivado del plástico con un coste muy bajo, que permitía venderlo a un precio muy accesible, y por tanto se pagaba muy poco a las confeccionistas por producirlas, y ¿dijimos? derivado del plástico.
Nosotras no queríamos hacer tapabocas, buscábamos alternativas constantemente para nuestros productores, ítems con una relación precio-tiempo más justa en relación a su media de ingresos, y tampoco nos gustaba la idea de producir algo desechable. Aceptamos el pedido de las chicas, sin saber muy bien cómo lo lograríamos y empezamos a darle vueltas a la idea.
Se nos ocurrió hacer los tapabocas con tela rescatada y llamamos a las chicas de Texciclo, recuperamos la merma de una fábrica industrial de ropa deportiva, retazos chiquitos de tejidos que podríamos unir para hacer las mascarillas, en vez de que lleve dos cortes, tendría cuatro para poder trabajar con retazos más pequeños, que era lo que más abundaba, esto además nos daría la posibilidad de volverlas reversibles; en vez de comprar gomas nuevas, que escaseaban en el mercado, hablamos con las chicas del taller de co.ser que nos prepararon tirillas, usando remanentes de textiles elastizados ♻: rib, súplex y poliéster️, gracias a estas decisiones, nuestro gasto en telas no superaba los 50.000 Gs. (Menos de USD. 10)y teníamos el aire que buscábamos para poder pagar una suma más alta a nuestras confeccionistas.
El hecho de no gastar lo que hubiésemos previsto en materia prima e insumos nuevos, nos dió la capacidad de poder pagarle más de la media por la mano de obra a nuestra querida Ña Feli quien aceptó el desafío y los múltiples cortes que le pedimos, y proveer trabajo a más chicas de nuestra localidad en vez de comprar gomas importadas, al mismo tiempo que reducíamos los desechos textiles 🤜🏽🤛🏼 Este ejercicio fue un ejemplo de cómo a veces las cosas están ahí pero estamos muy en piloto automático para verlas, y eso, es una parte de la magia de empezar a involucrarte con la circularidad, hay mucho espacio para la creatividad.
Les seguiremos contando como vamos con estos nuevos desafíos.
Gracias al equipo y a las chicas del PNUD por confiar en nuestro trabajo y honrar este Agosto al ODS 12 Producción y Consumo Responsable 🌱
